Los persas era un pueblo fiero y montañés que veneraban la Luz y el Sol y pensaban que mantenía una lucha constante contra las tinieblas, los oscuros poderes del mal.
Los persas habían estado sometidos durante siglos a los asirios y a los babilonios.
En el año 539 AC Ciro, un valeroso soberano persa decidió no aceptar más aquella dependencia de su pueblo. Reunió un ejército de jinetes y marcharon a la llanura de Babilonia.
Los babilonios se sintieron muy fuertes al contemplar desde sus gigantescas murallas aquel puñado de guerreros que pretendían tomar su ciudad. Sin embargo los persas a las órdenes de Ciro lo consiguieron con astucia y coraje.
Ciro se convirtió, entonces, en señor del gran reino: Lo primero que hizo fue liberar a todos los pueblos mantenidos en cautividad por los babilonios. Los judíos entre ellos que regresaron a Jerusalén.
Ciro ya estaba en condiciones de seguir conquistando países y marchó a Egipto. En el camino murió pero su hijo Cambises conqistó este país y destronó al faraón. Aquello fue el fin del imperio egipcio que había durado casi 3.000 años. De este modo los persas eran dueños de casi todo el mundo conocido.
El Imperio aqueménida o Imperio persa, es el nombre dado al primer y más extenso imperio de los persas, el cual se extendió por los territorios de los actuales estados de Irán, Irak, Turkmenistán, Afganistán, Uzbekistán, Turquía,Chipre, Siria, Líbano, Israel, Palestina y Egipto. Su expansión territorial comenzó, durante el reinado de Ciro II (559-530 a. C.), con la anexión del reino medo, y alcanzó su máximo apogeo en el año 500 a. C., cuando llegó a abarcar parte de los territorios de los actuales estados de Libia, Grecia, Bulgaria y Pakistán, así como ciertas áreas delCáucaso, Sudán y Asia Central. Las grandes conquistas hicieron de él el imperio más grande en extensión hasta entonces. Su existencia concluyó en 330 a. C. cuando el último de los reyes aqueménidas, Darío III, fue vencido por Alejandro Magno.
El Imperio debe su nombre a la dinastía que lo gobernó durante unos dos siglos, los aqueménidas, fundada por un personaje semilegendario, Aquemenes. En la historia de Occidente, el Imperio aqueménida es conocido sobre todo por su condición de rival de los antiguos griegos, especialmente en dos períodos, las Guerras Médicas y las campañas del macedonio Alejandro Magno.
Tras la muerte de Cambises ascendió al trono persa Darío. Una de sus principales acciones fue construir carreteras para conectar su inmenso imperio y vigilar a los altos funcionarios, los sátrapas, mediante detectives particulares conocidos como los "ojos y oídos del rey". Darío había extendido su imperio hasta Asia Menor, en cuyas costas se hallaban las ciudades jónicas griegas,
Los griegos no estaban acostumbrados a pertenecer a un gran imperio ni a obedecer a un soberano. Los habitantes de las colonias griegas eran en su mayoría comerciante ricos habituados a ordenar y organizar los asuntos de sus ciudades en común y de manera independiente. No querían ser gobernados ni pagar tributos al rey de Persia por lo que se rebelaron y expulsaron a los funcionarios persas.
Los griegos de la metrópoli, fundadores de esas colonias, sobre todo Atenas, las apoyaron y enviaron barcos en su ayuda.
EL gran rey de Persia, "el rey de reyes" no había conocido aún que un minúsculo pueblo osara oponérsele y no tardó en liquidar el asunto con las ciudades jónicas de Asia Menor. Pero aquello no era suficiente. Armó una gran flota para destruir Atenas y conquistar Grecia. Pero aquella flota cayó en medio de una tormenta, fue lanzada contra los acantilados y naufragó.La cólera de Darío era tan grande que, se dice, encargó a un esclavo que en cada comida le dijera tres veces en voz alta:"Señor, acuérdate de los atenienses".
Luego envió otra flota hacia Atenas que echó anclas junto a un lugar llamado Maratón. Allí desembarcó todo el ejército persa, 100.000 hombres para marchar contra Atenas. El ejército ateniense era de 10.000 soldados.
Parecía que su suerte estaba echada pero los atenienses tenían un general llamado Milcíades que había vivido mucho tiempo entre los persas y conocía con exactitud su forma de combatir.
Y todos los atenienses sabían QUÉ se jugaban: su libertad, su vida y la de sus mujeres e hijos.
Se colocaron en formación de combate en Maratón y atacaron a los persas que no esperaban nada semejante. Y VENCIERON. Muchos soldados persas murieron y los supervivientes volvieron a embarcarse y escaparon.
Milcíades se dio cuenta de que los barcos persas no se habían marchado en realidad, sino que habían puesto rumbo a Atenas donde en ese momento no había soldados. El viaje por mar era más largo que el camino por tierra desde Maratón. Milcíades envió un mensajero a quien se encargó correr tan deprisa como pudiera para advertir a los atenienses. Fue la famosa carrera de Maratón. El mensajero corrió de tal modo que sólo pudo cumplir su misión y cayó muerto.
También Milcíades hizo el mismo camino a marcha forzada con su ejército y cuando todos se hallaban en el puerto de Atenas apareció la flota persa. Los persas no habían contado con ésto y no quisieron enfrentar de nuevo a aquel valeroso ejército. Pusieron rumbo a su país y no sólo Atenas sino toda Grecia quedó a salvo. Ocurrió en el año 490 a.C.
Poco después murió Darío y dejó a Jerjes, su sucesor, Jerjes, el encargo de destruir Atenas.
Jerjes reunió un ejército con todos los pueblos sometidos a los persas. Esta vez se desplazó el propio Jerjes en persona.
Cuando el ejército atravesó sobre dos puentes flotantes el Helesponto (Dardanelos) el pontón no resistió. A continuación, Jerjes, enfurecido, hizo azotar el mar con cadenas.
(Llenó de enojo esta noticia el ánimo de Jerjes, quien irritado mandó dar al Helesponto trescientos azotes de buena mano, y arrojar al fondo de él, al mismo tiempo, un par de grillos. Aún tengo oído más sobre ello, que envió allá unos verdugos para que marcasen al Helesponto. Lo cierto es que ordenó que al tiempo de azotarle le cargasen de baldones y oprobios bárbaros e impíos, diciéndole: —«Agua amarga, este castigo te da el Señor porque te has atrevido contra él, sin haber antes recibido de su parte la menor injuria. Entiéndelo bien, y brama por ello; que el rey Jerjes, quieras o no quieras, pasará ahora sobre ti. Con razón veo que nadie te hace sacrificios, pues eres un río pérfido y salado.») Heródoto "Historia, VII, 35.
Una parte del ejército siguió viaje en barco hacia Grecia y otra parte marchó por tierra. En el norte de Grecia un ejército espartano intentó detenerlos en un desfiladero: las Termópilas.
Los persas pidieron a los espartanos que entregaran las armas a lo que el general espartano, Leonidas, respondió: "Ven a buscarlas tú mismo". Los persas amenazaron: "Nuestras flechas son tantas que oscurecerán el sol". "Mejor" ,dijeron los espartanos, "así lucharemos a la sombra"-
Pero un griego traidor mostró a los persas una senda a través de las montañas de modo que el ejército espartano fue rodeado y encerrado.
Los 300 espartanos y sus 700 aliados cayeron en combate, pero ninguno huyó; ésa era su ley.Más tarde se colocó allí en honor a los caídos una inscripción que dice:
"Forastero, anuncia a los espartanos que aquí yacemos por obedecer sus órdenes"
Falange griega.
Soldados persas.
La fama de las Termópilas deriva por lo tanto no de su efecto en el resultado final de la guerra, sino en el ejemplo inspirador que supuso. La batalla es famosa por causa del heroísmo de los soldados que se quedaron en la retaguardia pese a saber que su posición estaba perdida y que se enfrentaban a una muerte segura. Desde entonces, los eventos que tuvieron lugar en las Termópilas han sido objeto de alabanzas desde multitud de fuentes. Una segunda razón que sirvió como un ejemplo histórico de un grupo de hombres libres luchando por su país y su libertad:
"Por ello, casi inmediatamente, los griegos contemporáneos vieron las Termópilas como una lección moral y cultural crítica. En términos universales, un pequeño grupo de hombres libres habían luchado contra un inmenso número de enemigos imperiales que luchaban bajo el látigo. Más especialmente, la idea occidental de que los soldados decidían dónde, cómo y contra quién luchaban contrastaba con la noción oriental del despotismo y la monarquía - probándose la libertad como la idea más fuerte ante la mayor valentía mostrada por los griegos en las Termópilas, atestiguada por las posteriores victorias en Salamina y Platea."